El tacón de Dios
- Juanse Chacón
- 2 oct 2015
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 31 may 2024
Detrás del detalle hay toda una realidad representada. Es el destello que te hace saber por dónde va la cosa y si lo que ves merece otra noche, la continuidad de tus palabras. En los detalles se concentra la forma de ser de quien los realiza. No son excepciones, son la marca de la personalidad, la visión del mundo, la pasta de la que está hecha una persona. Hoy empieza la construcción de la realidad desde lo minúsculo de tu luna agazapada, la mota mental inconsciente, esa grieta que presagia el derrumbe, o la armonía de tratar a cada persona, en cada encuentro, como un gran descubrimiento, lo inigualable. Todos rompemos moldes, todos enfurecemos contra lo establecido; tenemos, en todo momento, la posibilidad de hacer algo grande, a través de un ligero toque como el tacón de Dios de Guti (y eso que soy del Atleti). Cualquier instante es una oportunidad para la transformación, pequeños gestos que mueven la trama y hacen temblar los destinos.
En el amor el detalle también manda. Los pétalos, las notitas, los regalos en fechas no señaladas, demuestran una actitud romántica, una pareja diferente sin domesticar, alucinada cada despertar con otro día para compartir amándose. La sorpresa, el suspiro para sobrevivir, la elegancia del silencio compartido, cuando solo hace falta una caricia o una mirada, cuando no tenemos miedo al contacto, a traspasar esa estúpida barrera del orgullo, la falsa fortaleza que no lleva a ninguna parte. Perdonen este estilo de diario, pero aparento ser mucho más débil de lo que soy, a lo mejor es una forma innata de supervivencia, mi mejor escudo, o una milonga para atraer otras pieles. No se preocupen por mí tanto, aunque la familia sea cada vez más grande...
Pero dejémonos de rollos, de historias personales, de la rabieta sentimentaloide y vayamos, directos, a la política. Para algo esto tiene la pretensión de artículo, aunque abuse de poesía. Nos ha faltado, durante estos últimos años, ser más atentos, trazar líneas rojas y saber decir que No. Nos hubiésemos ahorrado a mucho idiota, a moldeadores de conciencias desde laboratorios o centros presuntamente libertarios. Porque como dice Noah, dibujante de La Muerte de Danton, hay muchas formas de llevar uniforme y, por lo tanto, acabar en el pensamiento único. Toda esa panda, esa procesión supuestamente alternativa, ha sido permisiva con muchos males de los que suelen llamar Sistema. Toda exageración externa demuestra una carencia interna; quizás por eso la respuesta a la escoria imperante no vendrá por los antisistema de siempre, acomodados ideólogos en sus palacios okupas. Hoy la solución la trae lo sutil, el matiz, la recuperación de conceptos dañados, lo pormenorizado, la explicación sin gritos, los hechos, el discurso y no el circo en el congreso.
El detalle de Arda Turan, de Oliver, de Guti, Gasol, Federer, Belmonte, lo mejor del deporte y la competición lo tendría que copiar la política. Con reglas claras y espíritu de superación. Sin dejar que manden los pusilánimes, los tontos del pueblo ni los oportunistas. Sabiendo que más que nunca, necesitamos mucha concentración y fuerza intelectual y física. Hoy los ciudadanos sin atributos se levantan, caminan, imparables. Atentos a cada ligero movimiento, analizándolo, intentando cerrarlo todo con un bonito lazo.
Hasta el viernes que viene.
